miércoles, 29 de febrero de 2012


Reflexiones generales

En el contexto en que se desarrolla hoy el hombre, resulta importante poder recuperar las funciones intelectuales, es decir: conocer para intervenir, transmitir para concientizar. Sin duda, este cambio profundo en el que estamos inmersos -la tercera ola, según Toffler-, nos propone opciones; que, en la medida que surjan del impulso libre y como captación crítica del desafío, se materialicen como conocimiento y se transformen en acción. Así, contenidos, propuesta pedagógica y propuesta didáctica tienden a implementar una estrategia de acción en el proceso de la enseñanza.
Los contenidos están íntimamente ligados a una conceptualización de la arquitectura como producto cultural, esto presupone una serie compleja de conocimientos que provean al hombre de capacidad para diseñar, imaginar, proponer y construir en el contexto de una actitud crítica y reflexiva.
Estos contenidos están precedidos de una significación que promueva esa inserción cultural y contextual, confiriéndole a la arquitectura su carácter heterónomo -según Giancarlo de Carlo- sin renunciar a la objetualidad que como hecho arquitectónico posee. Pero fuese la heteronomía o la autonomía el camino elegido, lo cierto es que no se trata de un acto acético, sino de una opción y como tal implica un compromiso ideológico y cultural, confiriéndole a la arquitectura su carácter de ideología construida.

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