Reflexiones
generales
En el contexto en que se desarrolla hoy
el hombre, resulta importante poder recuperar las funciones intelectuales, es
decir: conocer para intervenir, transmitir para concientizar. Sin duda, este
cambio profundo en el que estamos inmersos -la tercera ola, según Toffler-, nos
propone opciones; que, en la medida que surjan del impulso libre y como
captación crítica del desafío, se materialicen como conocimiento y se
transformen en acción. Así, contenidos, propuesta pedagógica y propuesta
didáctica tienden a implementar una estrategia de acción en el proceso de la
enseñanza.
Los contenidos están íntimamente
ligados a una conceptualización de la arquitectura como producto cultural, esto
presupone una serie compleja de conocimientos que provean al hombre de
capacidad para diseñar, imaginar, proponer y construir en el contexto de una
actitud crítica y reflexiva.
Estos contenidos están precedidos de
una significación que promueva esa inserción cultural y contextual,
confiriéndole a la arquitectura su carácter heterónomo -según Giancarlo de
Carlo- sin renunciar a la objetualidad que como hecho arquitectónico posee.
Pero fuese la heteronomía o la autonomía el camino elegido, lo cierto es que no
se trata de un acto acético, sino de una opción y como tal implica un
compromiso ideológico y cultural, confiriéndole a la arquitectura su carácter
de ideología construida.
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